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Espectáculo Cultural Baile – Antonio Molina el Choro

10 y 11 de abril 2025

Choro Molina, protagonista de nuestro ciclo Espectáculo Cultural de Baile, es un bailaor de contrastes. Sus pies son los grandes protagonistas, juega con el ritmo, lo retuerce a su gusto, lo hace flexible. Juega con las texturas, con los matices, con la intensidad: unas veces rápido, con toda la fuerza del quejío atravesando las tablas, otras suave, con la delicadeza de quien va de puntillas, tanteando nuevos territorios. Su espectáculo fue un espectáculo austero: con tan solo tres elementos, inundó la sala con su precisión y sus ganas de jugar. El Choro apostó por dialogar con el auténtico espíritu de un tablao: la creación en directo. Estuvo acompañado por el cantaor Eleazar Cerreduela, el guitarrista Manuel Urbina -habitual acompañante de La Niña Pastori-, y por la armónica y la flauta de Fran Roca.

Ficha artística:

Guitarra: Manuel Urbina

Cante: Eleazar Cerreduela

Armónica y flauta: Fran Roca

 

 
 

CRÓNICA:

El bailaor onubense llega pronto, cuando todavía hay sol en la calle y los artistas de nuestras tardes de tablao no han dejado aún de repiquetear sobre las tablas. Quiere concentrarse, habitar el espacio con tiempo, hacerlo suyo. Porque como dice el poeta granaíno, Federico García Lorca, “el arte es un juego, pero es un juego serio”, y Choro Molina lo sabe. 

Su apuesta fue austera: con el escenario limpio, sin juego de luces, y con tan solo tres elementos, dibujó un espectáculo lleno de fuerza y contraste. Porque el Choro sabe manejar los ritmos a su antojo, hace y deshace cuando quiere y cómo quiere, nos deja embaucados con su tacón. Sus movimientos son precisos; tienen textura, matiz, gama de intensidades:  unas veces rápido, con toda la fuerza del quejío atravesando las tablas, otras suave, con la delicadeza de quien va de puntillas, tanteando nuevos territorios. 

Choro consiguió inundar la sala con una precisión milimétrica y un deseo palpable de jugar. Salió a divertirse, y con él trajo ese espíritu genuino del tablao: el de la creación en directo. A su lado, lo acompañaron músicos que potenciaron esta búsqueda expresiva: Eleazar Cerreduela al cante, Manuel Urbina a la guitarra —compañero habitual de La Niña Pastori— y Fran Roca, que aportó una sonoridad inusual con la armónica y la flauta. La presencia de estos instrumentos melódicos permitió a Choro explorar nuevos registros en el movimiento, abriendo espacio para una gestualidad más amplia y expresiva, especialmente significativa dentro del baile masculino, que tantas veces se espera seco, rotundo, y aquí se mostró también dúctil, poroso, sensible.

Choro no solo baila: propone, escucha y dialoga. Con sus pies nos recordó que en el tablao —como en la vida— la magia ocurre cuando alguien se atreve a jugar de verdad.

Tras la función, mantuvo una conversación íntima con nuestro director artístico, Pedro Córdoba. Una entrevista que ya está disponible en nuestro canal de YouTube, donde Choro reflexiona sobre su camino artístico y su visión del flamenco actual.